domingo, 22 de enero de 2012

Socialholic

En el período comprendido entre 2008 y 2011 el número de usuarios de redes sociales se duplicó. Un 31 por ciento de ellos entra en Facebook varias veces al día. En España, ocho de cada diez internautas usa Facebook, de los cuales un 35 por ciento usa Tuenti dedicándole una media de dos horas por sesión (...)


Estas cifras constatan que el consumo de redes sociales no es una moda pasajera sino que ya es un hábito. Se perfila así la figura del socialholic, (...) un adicto a la actualidad que siente la necesidad de estar informado constantemente ya sea por medio de suscripciones o por la búsqueda activa en la red. Una persona que aprecia el valor de compartir en comunidad y se expone ante los demas a través de los medios sociales a cambio de aprendizaje, reconocimiento y experiencia.



Y esto, amigos, es la sinopsis de un libro llamado "#Socialholic" (sí, con sus sotenido -almohadilla para los no músicos- y todo) de unos hermanos apellidados Polo que no tengo ni idea de quiénes son. Bueno, todo lo que viene después habla de marketing en medios sociales, de la importancia de la figura del socialholic en el marketing y la publicidad y todo eso.


¿Que por qué os cuento esto? Porque he encontrado un nombre para este vicio mío a las redes sociales, y suena mucho mejor que vicio. Lo cierto es que siempre me pareció injusto llamarlo vicio, como si fuera simplemente un mal hábito que en algún momento debería dejar. Adicta a comunicarme con el mundo suena demasiado hippie, ¿no? Pero ya no es sólo expresarme yo, sino leer y ver qué está pasando en el mundo, y no me refiero con esto a leer un periódico, sino estar al tanto de lo que pasa a mi alrededor, en el mundo que más me interesa, a la gente a la que admiro y todo ese rollo. Si es que ahí arriba lo clavan: "un adicto a la actualidad que siente la necesidad de estar informado constantemente".


Quería empezar un blog desde hace tiempo, y de hecho este lleva un mes creado, esperando a que terminaran los exámenes. Y quería empezarlo por eso de mi necesidad de comunicación constante. Que Twitter está muy bien, y Facebook y Tuenti y todo eso, pero como dice el gran Berto Romero en el por qué de un blog, las redes han fragmentado demasiado los discursos. Nos hemos resignado a los 140 caracteres, y para mí nunca fueron suficientes, sino más cómodos. Un blog me dejará expresarme más y mejor, aunque siempre con límites que si no no me va a leer ni dios, que ya estamos demasiado acostumbrados a un mundo rápido y veloz y no somos capaces de leer más de cinco líneas.


Welcome!

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